domingo, 10 de mayo de 2015

Contexto histórico-cultural y filosófico de Marx

La obra de Karl Marx se desarrolla en el contexto del siglo XIX que es el siglo de la revolución industrial y del triunfo definitivo de las revoluciones burguesas (revolución francesa 1789). Esta época estará marcada por el capitalismo mercantilista, el estado burgués, y especialmente en Alemania e Italia, el nacionalismo unificador. El capitalismo y el proceso de industrialización, supone el surgimiento de una nueva clase social, el proletariado, y nuevos movimientos políticos y filosóficos relacionados con él, como el marxismo.

Marx criticará las condiciones sociales de miseria, de explotación, de enajenación y de alienación en las que vive el proletariado, considerando que la lucha de clases contra la burguesía deberá conducir a la apropiación de los medios de producción por parte del proletariado, una revolución violenta que termine con las condiciones de explotación de los trabajadores. La acumulación progresiva del capital en manos de la burguesía ascendente impulsó el avance científico, con el seguimiento de las nuevas tecnologías capaces de modificar el modo de producir y por consiguiente la vida social.

En el ámbito cultural, el siglo XIX es el siglo del romanticismo, que significó la ruptura con la exaltación de la razón y la búsqueda de la universalidad propia de la ilustración en favor de la irracionalidad del sentimiento y del individualismo. El gusto por lo exagerado, por lo apasionado, por lo exótico define el arte en esta época. La pintura historicista burguesa dejara paso a las nuevas formas pictóricas que se inician con el impresionista. También destaca el realismo y el naturalismo literario.




En lo filosófico, resulta imprescindible aludir a las llamadas "tres fuentes del marxismo": la economía política inglesa, el socialismo utópico y el idealismo alemán. Marx mantuvo una estrecha relación intelectual y que influyeron en sus obras: Epicuro, al que dedica su tesis doctoral, defensor de un materialismo de la libertad, metaforizado por la doctrina del cliname; Rousseau del que toma su concepción de democracia igualitaria o la idea de asociación fundada sobre la participación directa de los ciudadanos en la decisión general; Adam Smith del que procede el fundamento de la propiedad del trabajo; y por último Hegel, no menos importante por ser el último en mencionar, es el más inspirador y el adversario del trabajo teórico de Marx sobre la " contradicción dialéctica" y la historicidad de la sociedad humana.